Un objetivo ampliamente buscado en las sesiones de terapia psicológica es «eliminar la dependencia emocional de los otros». Desde mi rol de psicóloga me parece llamativa la invasión del «individualismo social (de la sociedad)» en el contexto personal de la terapia.
Parece que el hecho de considerar la opinión de otras personas nos hace débiles, con poca capacidad resolutiva y sobre todo, baja autoestima. Mientras ser independiente de la misma opinión, nos convierte en personas autónomas, fuertes y capaces.
Pienso que es importante matizar la diferencia entre «depender» y «escuchar/considerar» la opinión de otras personas.
DEPENDER es:
- Anteponer su opinión a la mía.
- Validar las opiniones de otras personas, tal cuál se presentan.
- Darme valor a través de la opinión de otras personas.
- Rigidez en la ejecución de sus opiniones.
- Mayor probabilidad de fracaso.
CONSIDERAR es:
- Respetar las opiniones de los otros en el mismo nivel que la nuestra.
- Validar la opinión de los otros como una opción.
- Construirme con los otros.
- Flexibilizar la ejecución de las opciones.
- Mayor probabilidad de éxito.
Es importante recordar que el CONTACTO SOCIAL no sólo nos protege, también nos potencia. Porque cada persona somos una construcción de nuestras vivencias personales e individuales, y también, sociales.
«Individualmente somos una gota. Juntos somos el mar» (Ryunosuke Satoro)