En este mes de junio se hace evidente la dificultad para conciliar debido a la enorme oferta de actividades que no se nos presentan y que se suman a las ya infravaloradas rutinas diarias.
Vivimos con la presión de aprovechar el tiempo hasta hacerlo desaparecer. Algo que, como se ha señalado y se señala constantemente, nos hace perdernos lo mejor: el momento.
Al empezar el año lectivo me hago un cúmulo de propósitos que se van convirtiendo en una trampa en la que una y otra vez caigo a pesar del aprendizaje que debería suponer mi experiencia como persona, madre y psicóloga.
¡Nada más alejado de la realidad!. Cuando llegan estas fechas me encuentro al final de mi personal «partida de tetris» donde las piezas caen sin compasión, y yo ya he perdido la agilidad inicial para hacerlas encajar.
Conciliar, no solo consiste en organizar sobre papel, no solo consiste en repartir, conciliar es mucho más que todo ésto: es conocerse, es conocer el entorno (físico, social, familiar, laboral) y sobre todo es juagar con estas variables para lograr un equilibrio sostenible…un EQUILIBRIO EN MOVIMIENTO.
Si a tí te pasa lo mismo, ¡Bienvenid@ a equilibristasenmovimiento! 😉